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Creando su mejor impresión

miércoles, 7 de enero de 2015

M O R E N A




Escrito por: Edgardo Reyes
Ya la cipota de ña Remedios esta chula, 17 primaveras y el corazón  ardiente, al salir a  caminar por el parque del pueblo todos la cuenteyan, pero ella solo tiene ojos para Guayo, el primo de flor, su mejor amiga.


Morena enamorada de la vida y con el candor a flor de piel, presiente que hoy es noche de romance, su Romeo segurito se le declara, Flor se lo ha comentado por la tarde mientras regresaban del instituto tomando una horchata en bolsa. 


Se repinta los labios, se peina al estilo britney spir, y salta de alegría por haber encontrado el amor, un profundo suspiro... el primer amor, donde todo es azul, o quizá rosa, quién sabe pero siente las mariposas en el estomago y eso solo quiere decir una cosa.... love.


-Mami voy un ratito a la cafetería con mis compañeras.

-Dios la bendiga hija, cuídese mucho, no ande de coqueta con los muchachos, ellos piensan otra cosa, que uno es fácil, regalona, así que dese su lugar.

-Ay mami, uste ya va con sus cosas, regreso temprano, salu.


Es noche de viernes, tiempo para disfrutar con los amigos, la diversión del pueblo es ir a la cafetería de doña Blanca, escuchar música estridente, tomar un par de batidos y hablar paja con la cherada; la cafetería se encuentra repleta de bichos escolares, que ríen solo por reír, Morena y Flor se hacen camino a codazo limpio hasta llegar al mostrador, ordenan lo de siempre, dos espumosos de chocolate con vainilla y dos pajillas, buscan un lugar para sentarse, Morena ansiosa espera la llegada de su Romeo pior es nada. Mira su reloj -las 9... y no aparece-. 5 minutos después el corazón se le acelera al verlo parado frente a ella. Guayo un bicho cabeza de hüizayote con peinado de alfiletero, ojos saltones y cara huesuda, le sonríe y la saluda con un beso tronado en la mejilla.


-Hola mi morenita linda, guapa, como de costumbre.

-Gracias, usted también se ve bien.

-Podemos hablar.

-Claro, ni que fuéramos mudos.

-Digo en privado.

- Y pa que en privado.

-Es que le tengo que decir una cosa.

-Dígamela aquí, o le da pena.

-No, pero es que es algo privadito.

Guayo Le hace señas a su prima Flor para que los deje solos.

-ya vengo vos voy al baño-

-Flor, no me dejes sola.

-Si ya vengo vos, además no te quedas sola, Guayo te va cuidar.

-Si morenita, yo la cuido.


Morena quedo nerviosa pero feliz, juega coqueta con un rizo de su cabello y se  hace colochitos con el dedo.


Pasa un momento de silencio en el que solo se miran y se echan risitas, por fin Guayo se llena de valor, tomo aire, y empezó a cuentiarla.


-Morenita mire, es que yo le quería decir una cosa.

-Que cosa uste.

-Bueno es que uste es bien linda y pues me gusta bastante.

-Le gusto, ¿cómo paque?

-pa que sea mi novia.


Morena se sonrojo, era lo que esperaba, se lo había imaginado docenas de veces, pero aun así el corazón se le puso cálido, y un rubor calientito le recorrió completamente su virginal cuerpo.


-¿Su novia?, ta seguro.

-Si,  hace tiempo que estoy enamorado de uste.

-Ni me volteya a ver, solo de creído se la lleva.

-No morenita, es que soy tímido

-Ta seguro que me quiere.

-Se lo juro.

- y la Jacinta, yo veo que se le cae la baba cuando la mira.

-Huy no, como va creer eso, si yo a uste es a la que quiero, dígame que si.

-Y si le digo que si ¿entonces qué?

-Entonces me regala un besito.

-En el cachete.

- No, uno de trompita.

-No seya cochino, cómo lo gua besar, si no le he dicho que si. No me está mintiendo con malas intenciones.

-Como le voy a tener malas intenciones a uste, si yo la quiero.

-Lo gua pensar; pa mientras invíteme a tomar algo.

-¿Un batido?, morenita.

-Si por favor.


Guayo corre por el encargo, Flor aprovecha para ponerse al tanto de la situación.


-Que paso vos, se te declaró.

-Si vos, pero todavía no le doy el si. Pa´que no piense que soy fácil.

Guayo regresa bebida en mano, con mala cara al ver a su prima, que metiche.

-Su bebida, mi amor.

-No me diga así, que todavía lo estoy pensando.

Pasaron los minutos y el silencio volvió a reinar entre los dos, Morena mordía la pajilla de su bebida y seguía haciendo colochitos con su pelo, Se cruzaban miradas y se echaban risitas; Por fin después de un buen sorbo y una honda respiración, se animo a dar el sí.


Un calorcito le subió nuevamente y sentía que le  temblaban la piernas.


-Va pues voy a ser su novia, pero va tener que respetarme, y ya no ande de coqueto con esa bicha seca payula.

-Se lo juro que no, solo tengo ojos pa´uste. Ahora deme un besito.

-Tese en juicio, no ve que hay mucha gente aquí.

-Veee, si somos novios que tiene de malo.

-Se lo voy a dar, cuando me lleve a la casa.


De mala gana aceptó, el silenció volvió, por la mente de Guayo se dibujaba la amontonada que la daría al acompañarla. Morena hecho un vistazo a su reloj, -Dios mío las 11, mi mamá me va matar, apresuro su batido.  -vámonos es noche, mi mamá ha de estar preocupada.


Saltaron de sus asientos, Morena buscó a su compañera entre la muchedumbre por fin la encontró, -Flor vámonos que ya se hizo noche, Guayo le noneaba, para que no fuera a hacerles clavo. flor obediente sonrio.


-Mira es que ahí está el bicho aquel, ándate vos que Guayo te acompañe.

-No Flor vamos, tu mamá también se va a enojar.

-Nombre vos no te aflijas, Guayo regresará por mi.


Morena miró fijamente a Guayo, y el amor la hizo ceder, caminaron por la calles del pueblo, en silencio, solo se miraban y reían, a dos cuadras de la casa, hay un poste con la lámpara fundida, en las sombras de la noche, Guayo toma la mano de su amada, la sujeta por la cintura y lentamente la lleva hacia su cuerpo,  le acaricia los cabellos, sus labios rosan los de Morena, son ardientes como el fuego, dulces y colorados; Por fin se besan como locos, sintiendo emociones nuevas e intensas. Los desconcentra el latido de un perro a sus pies, Guayo lanza un puntapié al entrometido animal, Morena de reojo lo reconoce, es sancocho la mascota de su casa. Una mujer se acerca a los dos enamorados, los observa de cerca casi topa su cara con la de ellos, Morena se cubre el rostro con el cabello, Guayo interponiéndose le recrimina. 


  -Señora por favor, no sea metiche.- la mujer lo ignora y sigue observando de cerca.

Por fin habla.

-Morena, sos vos Morena... Morena.

La Morena intenta apartarse, Guayo la retiene.

-Morena, por favor, decime si sos vos, no te voy a castigar, es que estoy muy preocupada.

-Señora por favor, deje de molestar, no ve que estamos ocupados.

-Morena, si sos vos decímelo hija, así me regreso a la casa tranquila.

Al escuchar los ruegos de su madre la Morena habló.

-Si mamá soy yo

Ña Remedios encolerizada, le dio un trompón en la espalda a Guayo que le paso los pulmones al pecho.

-Desgraciado, como te atreves a tener a la niña manoseándola a media calle, si ella es una cipota decente.

La Morena, entre miedo y verguenza le rogó...-mamá por Dios, vámonos para la casa, allá me grita.

Indio feyo, sinvergüenza, mi hija es una cipota decente, no es cualquiera, si la qeres no la vas a conseguir con chenga sola, a ella se le habla con comida.

-Con comida, ¿cómo así, debo llevar yuca frita, pupusas y soperres?

-Indio mas bruto, que si la qeres le tenes que poner casa.

-¿¿¿¿ponerle Casa????...Puyaaaaa mano

-Apuessiiii, saluuuuu Morena.

Guayo gira en sus talones, y huye a toda prisa.


de Edgardo Reyes

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