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Creando su mejor impresión

martes, 17 de febrero de 2015

Un Cupido Cibernético






Escrito por: Edgardo Reyes
El amor esta en el aire, se respira, se siente, se ve, se escucha en la radio, la Tv. el ciberespacio, por las calles  desfilan las parejas sonrientes tomadas de la mano; el planeta está bajo la influencia de Cupido. El ambiente me contagió con la fiebre del mes. Solo tengo un problema para curar este mal, terminé con mi novia hace 8 meses, y mi corazón lleno de pasión no tiene posibilidad de apaciguar el fuego. Con una leve esperanza vuelvo  a revisar mi libreta de contactos femeninos, Ruth, Kenia, Clara...Todas ya casadas, las demás comprometidas y las disponibles, indomables de la igualdad de género. 


Tranquilo dijo mi mente, Cupido flechará la mujer perfecta antes del 14 y calentará tu cama esa noche con loca pasión.


Pasaron los días y el dios del amor no realizaba su labor, una noche antes del 14, desilusionado, con la certeza de que la cita para cenar sería con mi perro, encendí la computadora, leí mis mail, contesté los importantes y dejé los demás para después. Llamó mi atención un correo del spam: 


"Hola, vi tu foto en facebook y me pareces muy guapo, quisiera conocerte, escríbeme y concertamos una cita, espero con ansias tu respuesta, me llamo Karol. Un gif fotográfico de una chica muy sexy haciendo un coqueto guiño acompañaba el texto. De forma extraña el mensaje hizo que mi cerebro liberara una gran cantidad de dopamina, la parte analítica me advirtió, "hombre, pero cómo es que esta tipa te vio en facebook, si tú no tienes perfil en esa red social". Lo pensé por unos segundos... la bella mujer seguía seduciéndome, -Al diablo con todo, debo aventurarme, que tal si por cobardía dejó ir a la mujer de mi vida, a la madre de mis hijos, vaya que si mejoraría la raza con este ejemplar femenino".


Para no hacerles largo el cuento, le respondí. Envié el mail a la belleza que Cupido me había flechado, le escribí la líneas más cursis, después de todo daba la impresión de ser una chica muy dulce, una romántica incorregible. Por unos minutos me olvide del asunto, leía las noticias del día, cuando la alerta de mensaje nuevo llamo mi atención.


Mensaje de Karol, me dijo mi computadora.


Con morbosa alegría abrí el correo. 


"Hola corazón, gracias por contestar mi mensaje, me gustaría conocerte en persona, mi Skype es karol.amabobos, estoy en línea en estos momentos, espero ansiosa tu llamada". 


Más rápido que un rayo abrí mi Skype, digité su nombre, espere 20 eternos segundos y al fin me respondió.


Karol está en línea.


- Hola Karol, cómo esta preciosa.


-Hola, guauuuu que sorpresa, es usted más guapo en persona, gracias por conectarse, tenía tantos deseos de conocerle, que no tiene idea.


-El placer es todo mío, es una bella mujer, que hace buscando amor en la red, todos los hombres han de estar a sus pies.


-Sí pero todos son unos idiotas, no valoran a la mujer por su persona, no quiero ser amada por mi cuerpo, sino por lo que valgo, por mi sentimientos, por mi cerebro.


-Además de hermosa, inteligente, eres perfecta.


-Muchas gracias señor, es usted todo un caballero, difícil encontrar hombres con esos atributos en estos días, de seguro eres de los últimos románticos, de los que envían flores, detallista, de los que abren la puerta y acomodan la silla de su amada. 


Ruborizado y con un extraño pero muy placentero escalofrío recorriendo mi cuerpo al escuchar las palabras pronunciada con esa voz tan sexy que me tenia  hipnotizado, observando como esos dulces y carnoso labios pronunciaban cada palabra, la risa picaresca y coqueta que erizaba mi piel, el lenguaje corporal, pidiendo ser tomada, poseída, me llevaron a la idiotez extrema.


-Y a que se dedica amor mío,  ¿puedo decirle amor mío?.


-Desde luego, me fascina como lo dice. Trabajo en relaciones públicas.


-Genial, y ¿qué hará mañana?, es el día del amor. -Dando énfasis a la palabra "amor", con la esperanza de tener la reacción que mi calenturiento estado deseaba en ese momento-. 


Con un tremendo suspiro esquivando mi mirada y cara de decepción...

-Ayyyyyy nada, el amor me es esquivo, estoy solita, no recibiré flores ni chocolates, ni una cena romántica, me ducharé, comeré un sándwich y me meteré a la cama, tal vez llore un poquito, luego me quedaré dormida. Me miro de reojo con una mirada de cachorro desprotegido, pidiendo que lo lleve a casa.


-Claro que recibirá flores y chocolates, además de una elegante y romántica cena.


-No sabe cuánto lo deseo, llevo 5 años pasando las fechas importantes sola, sintiendo celos de mis amigas y odiando las parejas que veo por la calle. Vivo con la esperanza de algún día encontrar la felicidad con alguien como usted.


Eso elevó más la calentura, y en mis 15 minutos de absoluta estupidez, le dije. 


-Bueno mañana comienza una nueva historia.


-¿A qué se refieres?


-Recibirá todo lo que una mujer como usted merece.


-Por favor no se burle, es muy cruel, no tengo a nadie que me brinde amor.


-Si lo tiene, ese soy yo, se que la acabo de conocer y nunca creí en el amor a primera vista, pero esta vez, estoy locamente enamorado.


-Su entusiasmo fue desbordado, salto, bailó y observe deslumbrado los atributos físicos de aquella voluptuosa mujer, unos pechos grandes y firmes como la roca, una cintura de avispa que se desliza hacia sus pronunciadas caderas, y ni que decir de sus largas y bien contorneadas piernas, sin duda Cupido me había recompensado más de lo que merecía, imagine la cara de mis amigos al ver el monumento de mujer que me acompañaría.


-Le puedo pedir un favor, - dijo la dulce y sensual vocecita, llevando su dedo indice de manera sexy a sus labios y mordisqueando su uña con dientecitos perfectos de perla.


-Desde luego, lo que quiera.


-Es que las chicas de la oficina se burlan de mí en esta fecha, todas reciben flores y chocolates de sus novios, a mí solo me toca ver y envidiar....(hizo un pequeña pausa) pero no, la verdad no... es mucho pedir, casi no lo conozco y eso sería un abuso de mi parte, olvídelo. 


-Con mi mejor actitud de caballero andante, -le dije-, "nada de olvídelo" eso no pasará esta vez, Si me lo permite le enviaré las flores mas bellas, esta vez ellas le envidiarán, ¿cuáles son sus preferidas, orquídeas, tulipanes?.


-¿De verdad haría eso por mí?, déjeme decirle que yo también creo en la magia del amor, y nuestro encuentro no ha sido casual, es el destino, pero esas flores son muy caras, no quiero que gaste mucho por mí,  con un arreglito modesto de rosas me conformo y eso me haría la mujer más feliz.

Una mujer bella y considerada, me saque la lotería -me dije-, gracias Dios por este regalito.


-Si habla en serió, hay una floristería, es pequeña pero hace unos arreglos divinos y a muy buen precio, puede ordenar en línea, le doy la dirección de la página, entre ahora mismo, así tendré la plena seguridad que me quiere, y no juega con mis sentimientos.


-Se lo demostraré en seguida. 


Entré en la página, había fotos de arreglos florales y se podía hacer el pedido en línea, pero no tenía dirección física, ni teléfono de contacto, eso me dio un poco de desconfianza. 


-Pero la página se ve algo rara; ¿hay garantía que la página es segura?.


-Tiene la garantía de mi amor, además es la que usamos en la compañía, pero si desconfía no lo haga, sabía que me estaba mintiendo, le advertí que no jugará conmigo, no se moleste, de todas formas estoy acostumbrada a no recibir nada en San Valentín.


 Me pareció ver una lágrima rodando por su mejilla, me hizo sentir miserable, vaya si que era animal, hacer llorar a este ángel del cielo.


-No estoy jugando, en este momento las ordenaré.


Entre nuevamente, y compré un arreglo. Me salió el formulario, di los datos de mi tarjeta, me respondieron, gracias por su compra, lo esperamos nuevamente.


-Hecho.  -le dije-... sus flores llegarán mañana, sin duda las opacará con su belleza, además haré reservaciones para una cena elegante y muy romántica, como usted se lo merece.


Su semblante cambió, creó que por el impacto de mi amor en su corazón, ahora con una sonrisa, llena de satisfacción y picardía me dijo.


-Es usted todo un amor, le doy gracias a Dios por haberlo encontrado, nos comunicamos mañana y le demostraré mi gratitud en persona, solo piense bien lo que desea y será cumplido, ahora debo dejarlo.


-¿Ya se va a desconectar?


-Sí, es que debo terminar algunas cosas de la oficina, y no quiero desvelarme, para andar fresca y bella mañana que nos veamos.


-Ilusionado y con ojos bobos de amor, me despedí. Ok. Que duerma bien amor mío, la veo mañana sin falta.


-El  día del amor cayó sábado, a las 12 en punto salí corriendo de la oficina, en busca de un presente para mi "novia", ¿qué le regaló? ¿Un Perfume?, no se cual usa, ¿ropa?, no se su talla, bueno un anillo, a las mujeres siempre se les agrada con joyas. Llegué al centro comercial, entre a una joyería y escogí un bonito anillo para mi amada, en la caja entregue mi tarjeta y mi identificación, la cajera es una joven muy amable de franca sonrisa, estoy muy ansioso y tarda demasiado en despacharme, por fin regresa y con mirada arrogante y en  tono despectiva me dice.


-Señor su tarjeta no pasa, ha excedido su límite por mucho.


-Imposible, le grite con cara roja de enojo, -por la mala broma que esta mujer me estaba jugando-, no la he usado en todo el mes y siempre pago el saldo total-. Recordando le dije: bueno ayer compre unas flores, pero eso es todo.


-Desde luego señor, ¿tiene otra tarjeta? 


-¡No!.


Con la mirada hizo señas a un gorila con chaleco, que se me acerca con cara de pocos amigos. Me retiré del lugar con la intención de pasar a reclamar a la compañía de tarjetas de crédito. Pero es sábado, me voy a casa y les llamo, vaya tremenda sorpresa, esa mañana se compraron con mi tarjeta: un enorme plasma de 103 pulgas, 6 pares de zapatos de marca italiana, 6 botes gigantes de perfume francés, una laptop, 5 tablet y algunas cositas más...


No volví a comunicarme con mi bandida romántica, recibí un correo en el cual me explicaba: debido a una emergencia debo viajar este día al exterior, si es posible regreso el día de los inocentes.


Faltan 9 largos meses para eso, estoy ansioso esperando el día en que pueda volver a ver a mi amada... 

Un cuento de Edgardo Reyes 

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