Escrito por Edgardo Reyes.
Esta historia sucedió en Izalco, el lugar ancestral de los brujos, un pueblo místico, aquí cada aquelarre en un rito se abre una puerta al mas allá, pero solo tiene un camino el del mismísimo infierno.
Esta historia sucedió en Izalco, el lugar ancestral de los brujos, un pueblo místico, aquí cada aquelarre en un rito se abre una puerta al mas allá, pero solo tiene un camino el del mismísimo infierno.
***
Paula, y su familia llegaron al pueblo con la intensión de enflorar a su abuelo, deberían hacerlo un par de días antes, (el 31 de octubre) ya que el 2 de noviembre, día de los difuntos, tenían que regresar a Los Ángeles, California, lugar donde residen desde hace mas de 2 décadas. Llegaron al cementerio, luego de limpiar y pintar la lápida del abuelo, la adornaron con flores y rezaron un par de oraciones, Paula como cualquier adolescente jugo y corrió junto con su mascota, (un perro lobo pastor), este se le perdió por unos momentos, al regresar traía algo en el hocico.
-¿Quieres jugar?, dame acá - le dijo al perro
Pero su sorpresa fue grande cuando se percato que se trataba de un fémur, al verlo pego un grito y lo lanzo lo mas lejos posible, su perro fue tras el hueso. Paula corrió donde sus padres que entre risas le advirtieron que no jugara con los muertos, si despertaba a alguno, la perseguiría por todo el pueblo. Y es que en ese cementerio hay aun hoy en día poderosos brujos y brujas enterrados que no desean ser molestados en su sueño eterno, si alguien lo hace una tremenda maldición la perseguirá. El perro moviendo la cola regreso con el hueso en el hocico; la madre de Paula se persigno y agarrando al perro, lazo el hueso lo más lejos posible.
La familia se hospedo donde unos parientes en el pueblo; olvidaron todo el asunto, y se disponían a charlar luego de la cena, cuando el perro que estaba echado, para las orejas, clava la mirada, se levanta lentamente, y se le comienza a erizar el pelo de su lomo, le ladra a alguien o algo y ataca pero retrocede amedrentado. Paula asustada trata de calmarlo y dirigir su mirada hacia donde el perro ladra, con asombro ve una figura humanoide, una anciana de unos 1000 años levitaba con aire amenazador hacia ella, Paula da un grito de terror y loca de espanto con gran desesperación le grita a su padre.
-¡Pa!… ¡la bruja del cementerio esta aquí! --
Su padre un hombre alto y robusto, camina hacia donde su hija señala con cara de pánico, para su sorpresa es derribado por un tremendo golpe en el pecho, su esposa llega a toda prisa en su auxilio pero también cae al ser golpeada, el perro se abalanza sobre el espanto pero no se atreve a atacar, solo le muestra su filosos colmillos, la madre dominada por el terror le grita que huya, Paula corre despavorida, llega a la habitación cierra la puerta con llave, su corazón late a toda prisa, tiene la mente confusa, empieza a rezar, pero es perturbada por un fuerte golpe en la puerta, luego otro y otro mas, por fin la puerta sede, Paula es tomada de sus cabello y arrastrada por toda la casa, una vez fuera, la bruja y Paula montan en un burro negro y marchan rumbo al río Ceniza.
Una densa niebla cubría todo alrededor, Paula es llevada a todo trote, su rostro es arañado y golpeado por chiriviscos, un tremendo sudor frío se apodera de su cuerpo, tiembla como si fuera a morir por hipotermia, al paso de la bruja se escuchan los perros ladrar lastimeramente, las aves escapaban de sus nidos en el silencio de la noche sin saber a donde ir, de repente un resplandor en lo profundo del bosque, una hoguera cuyas llamas parecían llegar desde el propio infierno, se escucharon cantos satánicos, en lenguas extrañas, no eran voces humanas “Lalamatec, Lalamatec”, tus esclavas te invocan, logro escuchar Paula, Xhalitemac, que era la bruja mayor, quien había secuestrado a Paula, dio un aullido con furia, no se distingue si lloraba, reía o era un lamento, las demás brujas que danzaban se acercaron con cara de felicidad al ver el botín que esta llevaba, Xhalitemac la tomo con sus afiladas uñas por el rostro acercando su cara arrugada, con tremendos ojos saltones fuera de órbita la nariz puntiaguda y larguirucha, una boca desdentada con solamente dos colmillo que simulaban un vampiro, se le acerco y dirigiéndose a las demás les dijo, ---¡viene el sacrificio!,--- Paula sintió el aliento putrefacto de aquel espanto, en el acto vomito, no pudo con esa infernal pestilencia. Xhalitemac ordeno que el rito comenzara ya que a las 12 de la noche, hora en que se habría la puerta del infierno, el sacrificio debía ser realizado.
Había un altar y al pie una fogata, 12 piedras alrededor del fuego, las 13 mujeres poseídas empezaron a cantar, bailar frenéticamente, y decir palabras incomprensibles… --“sacamatly, xicha, malixy”,-- fueron de las que pudo distinguir; la media noche se acercaba y un espectáculo horroroso empezó, el burro y 12 gatos completamente negros que acompañaban a las brujas fueron decapitados, su cabeza empalada, y puesta a las llamas, la sangre que corría era tomada por los engendros con deleite, de repente... un tremendo trueno impuso silencio, las nubes desaparecieron y la luna se dejo ver. La hora de las brujas había llegado… las 12 de la noche del 31 de octubre, todas la mujeres se tomaron de las manos hicieron un circulo y empezaron a invocar al dios del mal, este les contesto elevando las llamas hasta tocar la luna, las 12 Brujas se dirigieron a tomar asiento en sus piedras alrededor de la fogata, Xhalitemac camino hacia Paula, su hora había llegado, la joven seria sacrificada y su alma serviría para liberar al mismísimo mal; estando hipnotizada, en trance no se resistía a nada, su destino parecía escrito... pero había un elemento sorpresa, el fiel perro, esta vez convertido en su ángel guardián, la había rastreado hasta el lugar del rito y cuando la bruja mayor se dirigía con su victima en brazos, el perro se le abalanzo, clavo sus afilados colmillos en el cuello de aquella concubina del diablo, la bruja sorprendida soltó a Paula, y al caer salió del trance al ver que estaba libre corrió, no miro hacia atrás solo corrió y corrió, la noche estaba negra, debía correr a ciegas y se precipito en un barranco, se dio un golpe en la cabeza y se desmayo.
***
Al día siguiente despertó en el hospital, al pie de su cama se encontraban sus padres, al preguntar que paso, le comentaron que al estar en el cementerio cayo accidentalmente en una tumba abierta, del golpe se desmayo su perro ladro tanto que ellos corrieron a ver que pasaba y así la descubrieron, luego fue trasladada al hospital.
Ahora 15 años después Paula no sabe si fue una pesadilla o en realidad lo vivió; pero al transcurrir un año en esta fecha, una mujer gritando dulce o truco se le acerco y le advirtió; que no debe dormir ninguna noche del 31 de octubre, si lo hace será llevada nuevamente a orillas del río Ceniza y esta vez la suerte no le sonreirá, le profetizó que para que la maldición termine; su relato deberá ser leído un 31 de octubre y si alguien pronuncia las palabras “lalamatec, lalamatec, sacamatly, xicha, malixy” será el nuevo portador de la maldición y para no ser llevado al río Ceniza, debe permanecer despierto todas las noches del 31 de octubre.
un cuento de: Edgardo Reyes
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