Escrito por: Edgardo Reyes
Faustino Gamuza era un verdadero tunante, el picaflor mas atrevido del pueblo, tenia el orgullo que ninguna cipota chula se le había escapado, siempre sucumben a sus encantos.
Faustino Gamuza era un verdadero tunante, el picaflor mas atrevido del pueblo, tenia el orgullo que ninguna cipota chula se le había escapado, siempre sucumben a sus encantos.
***
Eran la fiestas patronales en honor al Divino San José, el 19 de marzo, día
principal todo el pueblo disfruta de los juegos mecánicos, la Chicago y la chicagüita,
el tiovivo, y las sillas voladoras, sacan gritos de alegría y muchas risas a
grandes y pequeños.
A las 9:00 de la noche empezaba el regio baile, con la pulum pulum,
las muchachas mas bellas del pueblo no podían faltar, muy bien arregladitas
lucían sus mejores trajes para la ocasión.
Los ojitos de Faustino no dejaban de brillar al ver pasar tanta chulada,
parecía que llovía mujeres hermosas, dondequiera que volteará el pescuezo,
se miraba una mujer preciosa, Todos entraron al baile y el pum, pum, pump pump
destemplado empezó a amenizar el baile, la parejas comenzaron a mover el
esqueleto, otros para quitar el frío pedían su ponche bien cargado, o su guacal
de chaparro.
Una de las muchachas mas lindas del pueblo, le hacia ojitos a Faustino y
este ni lerdo ni perezoso, se le acerco para chulearla, a decirle palabras
dulces al oído, con la melodía de fondo se dejaron llevar y con el encanto de
la noche las palabras del picaflor llenaban de gozo a esta chica; pero su
hermano los pillo y como tenia enemistad con Faustino le llegó a reclamar.
--Tino deja en paz a mi hermana o te las veras conmigo.--
Con los tragos por dentro y con el calor de la discusión se armo la riña,
los trompones empezaron a sonar por todos lados, hasta quien no lo debía
si estaba en medio se llevo su par de ganchadas. Llegó la choricera, arresto
a los revoltosos y los llevó directo a chirona. Por ser personas conocidas una hora
después los dejaron libres, con la condición de no regresar al baile.
Faustino, un hombre de palabra, aceptó a regañadientes; fue a buscar su
caballo y emprendió la marcha para su cantón, estaba cerca del pueblo, a unos 5 kilómetros, al
cabalgar por las veredas, recordó que en su alforja llevaba una botellita para cualquier
emergencia, y se hecho un buen trago, siguió su camino cantando. Sintiendo pena
por haber dejado escapar aquella mujer hermosa…. “Ya caerá… pensó, esta no se
me escapa”.
***
Al acercarse al río, por la senda de los guarumos, escuchó risas de
mujer y como si alguien lavara ropa y la golpeara contra las piedras.
---Tooooo---- detuvo su caballo, desmontó y se dirigió sigilosamente donde se originaba el ruido.... su sorpresa fue monumental cuando con la claridad de la luna pudo distinguir un cuerpo femenino, estaba de espalda con el agua hasta la cintura lavando en las claras aguas del río, al darse la vuelta, Faustino pudo mirar de frente a la mujer mas bella que sus ojos habían visto, su asombro fue mayor al acercarse y ver sus facciones, era Esmeralda, la culpable de haber conocido la cárcel esa noche, la mujer al ver un hombre acercarse, corrió hacia la orilla y rápidamente se vistió.
---Faustino le gritó --Espera soy yo, Faustino, nos conocimos en el baile.
Se detuvo, sonrío, pero no le dio la cara, Faustino se le acerco, la abrazo por la espalda y le susurró al oído,
---Tooooo---- detuvo su caballo, desmontó y se dirigió sigilosamente donde se originaba el ruido.... su sorpresa fue monumental cuando con la claridad de la luna pudo distinguir un cuerpo femenino, estaba de espalda con el agua hasta la cintura lavando en las claras aguas del río, al darse la vuelta, Faustino pudo mirar de frente a la mujer mas bella que sus ojos habían visto, su asombro fue mayor al acercarse y ver sus facciones, era Esmeralda, la culpable de haber conocido la cárcel esa noche, la mujer al ver un hombre acercarse, corrió hacia la orilla y rápidamente se vistió.
---Faustino le gritó --Espera soy yo, Faustino, nos conocimos en el baile.
Se detuvo, sonrío, pero no le dio la cara, Faustino se le acerco, la abrazo por la espalda y le susurró al oído,
--quieres venir conmigo al rancho.--
La mujer asintió, agarro su mano y caminaron juntos hacia el caballo, le
pareció curioso que está llevará el pelo alborotado sobre el rostro y no dejará
ver claramente sus facciones, pero pudo mas la lujuria, al llegar al caballo;
el animal relincha, cabecea y retrocede, trata de esquivar a la pareja, pero
estando atado a un árbol de guarumo le es imposible huir, empezó a bufar y dar
vueltas a través del árbol, Faustino lo toma por la rienda.
---tooooo---tooooo---- ¿que te pasa?-- le da palmadas para calmarlo,--
no
seas payaso y respeta a la dama...
---toooooo--- ---toooo----
El caballo relincha, resopla con furor, se encabrita, pero Faustino no
dedujo nada; lo agarro fuertemente de las riendas y lo montó, no supo como pero
la mujer ya estaba encaramada en ancas, y lo tomó fuertemente por la cintura;
el caballo corre desbocado, Faustino no lo podía detener, a medio camino sintió
olor a muerto, se percato de las tremendas
uñas que se le clavan en la cintura, unos filosos dientes en su nuca, una
terrible pestilencia se apodero del ambiente, el caballo seguía desbocado,
tratando de sacudirse la carga macabra, al llegar a un claro de la vereda, la
luz de la luna alumbra en todo su esplendor, Faustino clava la mirada hacia abajo y ya no vio aquellos delicados
pies, sino una garras de tecolote, metida en los ijares del animal, en su
abdomen unas manos llenas de arrugas, con tremendas uñas encarnadas en su
panza, sintió, por la espalda resbalándole la baba que soltaba el terrible
engendro, al mirar atrás su espanto fue mayor al ver transformado aquel bello
rostro en una careta cadavérica, con tremendos ojos rojos saltones, dientes y colmillos
tártaros y pestilentes que le sonreían, y aquellos descomunales pechos que caían
mas abajo de la montura, Faustino pego un tremendo grito que resonó por todos
los cerros.
--Dios mío, líbrame, esta es LA SIGUA.....
Trato de deshacerse de ella dándole azotes con la rienda en la espalda
pero lo único que consiguió fue que la siguanaba clavará sus dientes y las uñas
en su espalda. Una risa venida de ultratumba le resonó en los oídos, un
terrorífico frío se apoderó de su cuerpo, los pelos se le erizaron, (incluso
puede jurar que los del caballo también), la risa no cesaba, su cuerpo se iva
debilitando, el caballo seguía desbocado, de pronto recordó que llevaba un puro
en la bolsa de la camisa, lo había curado precisamente para la ocasión, lo saco,
lo mordisqueo, empezó a mascar y rebozar en todo su cuerpo y el de su caballo,
de pronto solo sintió unas uñas como navajas desgarrando su camisa por la
espalda, y la risa infernal se fue disolviendo a lo lejos, cada vez mas
lejos... solo quedo en su cabeza como un eco.
***
***
Faustino no recuerda como llego a su casa; paso una semana con fiebre
alta, diciendo incoherencias, la curandera le hizo los baños para espantar a
los malos espíritus, fue sanado de su alma, su cuerpo, su casa y su caballo. Ya
recuperado les narra su historia para que no les suceda lo mismo, el picaflor aprendió
la lección, ahora solo piensa en casarse y formar un hogar.
Un cuento de: Edgardo Reyes
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS Si desea compartirlo en su blog o página puede hacerlo siempre que de el crédito al escritor y al blog cuentosleyendasmitos.blogspot.com
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS Si desea compartirlo en su blog o página puede hacerlo siempre que de el crédito al escritor y al blog cuentosleyendasmitos.blogspot.com
Buena nota! La siguanaba es parte de nuestras creencias y nuestra cultura
ResponderEliminarGracias
ResponderEliminarMe ayudo mucho su trabajo