Escrito por: Edgardo Reyes
Pancho se levantó como todos los días a las 4:00 a.m., de lo contrarío el tiempo no le alcanza para llegar temprano al trabajo. Luego de un buen baño, toma su taza de café, de baja calidad, amargo y de mal sabor, pero le reanima para empezar la faena.
Pancho se levantó como todos los días a las 4:00 a.m., de lo contrarío el tiempo no le alcanza para llegar temprano al trabajo. Luego de un buen baño, toma su taza de café, de baja calidad, amargo y de mal sabor, pero le reanima para empezar la faena.
La mañana trascurre como
siempre, a las 5:30 de la mañana aborda
el bus, que ya viene abarrotado de gente con ojos chinos de sueño, y aunque afuera
hace frío en el interior hay un vapor que da calor.
Trabaja como ordenanza en un oficina jurídica; Y esta mañana le
espera una gran aventura. Su jefe lo envía al banco para hacer efectivo un
cheque por una buena cantidad de dólares.
-Pancho hoy no es día de pago, por lo tanto no tendrás
problema con los rateros, pero tené cuidado que es el pisto de los aguinaldos.
- No se preocupe mi jefazo, -llevándose la mano a la cintura- me acompaña la tamagasa esmitihüezo (su viejo revólver Smith & Wesson de cachas quebradas hechas de cacho de buey, cañón sin pavón y corroído por la humedad ) y el come carne (su puñal al mejor estilo de Rambo).
- Bueno, de la infección se muere
cualquiera.
Pancho se persigna y parte muy
confiado, pero con cautela, recelando de cualquier extraño que se cruza en su
camino, cuando alguien lo mira, instintivamente se llevaba la mano a la cintura
debajo de la chumpa, para enviarle el mensaje de.... -qué me miras, ando armado y no me da miedo
usarla-.
Media hora después llega al banco,
de mala gana deposito la tamagasa y el come carne con el guardia de seguridad
que custodia la entrada, de lo contrario no lo dejaría pasar, pero esta
volándole ojo, no vaya a ser que se los cambie, o que el guardia se enamore de su arsenal y no lo quiera
devolver.
20 minutos en la fila y por fin llega al cajero.
- Buenos días señor en que
podemos ayudarle.
- Sin respuesta y mirando con
recelo a la cajera extiende el cheque.
.- Me permite un documento de
identidad por favor.
- Para qué, si el cheque es de mi
jefe.
- Desde luego señor, pero
necesito una identificación para hacerlo efectivo.
Con un poco de vergüenza entrega su DUI, no
le gusta mostrarlo, menos a las mujeres, ya que en la foto sale con los ojos viscos y cara de retrasado mental.
- Muy bien don Pancho, me firma
aquí.
Hace un garabato, escribe dos
letras y luego las mancha . como si fuera un cipote que hace un borrón en su
cuaderno.
La cajera lo mira con cierta
gracia, -¿de a cómo los quiere?-.
- De lo que seya, pisto es pisto.
Recoge su dinero, lo cuenta, lo
guarda en su mochila, se asegura de cerrar bien todos los zíperes, pasa a
recoger su armamento y ojo al Cristo se marcha hacia la parada de buses.
Sube al bus y dirige una mirada
de halcón a todos los ocupantes, satisfecho ya que no distingue ninguna cara de
malo, se dirige a tomar asiento cerca de la puerta de salida, por si acaso. A
medida avanza el recorrido, el bus se
llena de pasajeros, un hombre se sienta a
la par. Pancho se pone nervioso, y se pregunta -¿y si este me siguió del
banco? hay que estar listo con la escupe fuego por si acaso-.
Beto peluca, con quién comparte
asiento, le pela la jeta de dientes torcidos con una sonrisa de tonto detrás de
unos lentes gruesos, esto pone a Pancho
mas alerta. Beto pretende ser amigable; -que peligrosa esta la vida en San Salvador, verda amigo-.
-Si, mucho, pero es que a los tamales, no hay que tenerles miedo, sin
contemplación hay que dejarles ir los plomazos. (sonrió para sí mismo, pensando,
ya apantalle a este hijo de mala vecina, por si acaso). Un grito lo puso en alerta total.
-Señoras y señores, vengo a
pedirles una ayuda, acabo de salir de la cárcel de Mariona, no tengo trabajo, ni
lo busco porque nadie me contratará por mis antecedentes, me han condenado a 30
años por asesinato, por buena conducta he salido en solo 5, pero tengo hambre
y no tengo pisto para comer, así que
todos deben colaborar con lo que lleven, vayan sacándose el pistillo, los relojes, celulares,
anillos, cadenas y cualquier cosa de valor que tengan, con mi compañero,
pasaremos por su asiento. Colaboren y nada malo les pasará, piensen en sus
seres queridos que los esperan en casa, no vayan a dejar sola a la esposa o
sus hijos por amor a unos dolaritos, y un viejo celular, colaboren y muchas gracias.
Pancho, comenzó a sudar como buey
arando a las 12 en punto, y tuvo una visión de la cara brava de su jefe gritándole...
-Pancho, te voy a meter preso, a mi no me das paja, esos billetes vos te los has
hueviado-. Beto peluca se percató
de la aflicción en la cara retorcida de su
compañero de asiento, y trata de apaciguarlo.
-No se ahueve primo, les damos
unas cuantas coras y tranquilos.
de todos modos no llevamos más.
Pancho piensa en escapar, y al
volver la vista atrás, unos ojos de tamagaz custodiando la salida en una cara
tatuada le devuelven la mirada. No había salida, desenfundo
la tacuazina, monto el gatillo, y la puso bajo la mochila. tiene pensamientos
confusos, pero algo era seguro, primero muerto antes de que me roben estos
hijos de puta.
A Beto peluca se le desorbitaron
los ojos.
-Que puercas piensa hacer chero,
nos van a matar a todos por su culpa.
-Si querés te doy el puñal por si no le doy a los dos, se lo zampas en
la panza.
-No joda, yo no me quiero morir por un celular de 10 pesos, entréguele lo
que quieren, el dinero se hace chero, pero
la vida no se repone.
Los malacates llegan al asiento
de Beto y Pancho, con mirada
homicida, cuchillo en mano les hacen señales para que entreguen sus pertenencias, cada uno
entrega un par de dólares; Los mañosos intercambian mirada, están a punto de seguir, pero los nervios
traicionan a Pancho y abraza la mochila, fue una mala pasada del destino; los
ladrones intuyen el botín.
-Entrégame la mochila.
Pancho, se pone muy nervioso, le tiembla todo el cuerpo.
-No puede entregarla -y la abraza con fuerza, como queriendo
forzarla a entrar en su pecho.
-Que me la des te digo.
- Pero no llevo nada mas que ropa
sucia.
-Déjame ver, ¡dámela o te
convierto en calavera!.
Esto elevó la adrenalina de
Pancho, se le aceleró el corazón, un escalofrío le corrió de pies a cabeza y
luego de la cabeza a los pies, le temblaban las manos, nunca le había temido a la muerte, ni cuando
estuvo de alta y tampoco le temía ahora,
la rabia le nublo la razón y al verse
arrinconado, no tuvo otra opción mas que sacar su revólver, y a quema ropa,
dejar ir tres disparos contra aquel facineroso, su compañero retrocedió lleno
de pánico y también recibió la misma
dosis, el tercero al ver a sus compinches caídos, corrió como alma que lleva el
diablo. Pancho, seguía con las manos temblorosas
y apretando su pistola, en un gesto de arrepentimiento se las llevó a la
cabeza.
-Que hice. Dios mío, que he
hecho.
Dejó caer la pistola, y mochila
en mano salió apresurado del autobus. Beto peluca, en transe observó la
escena, como si estuviera en el cine viendo una película, al caer la pistola al
piso y con los gritos de la gente se despabilo, vio a pancho correr y dejar el
arma tirada, sin pensarlo y como buen samaritano la recogió y persiguiendo a Pancho le
gritaba.
- Señor, Señor, se le cayó la
pistola. Primo la pistola, se le cayó la pistola.
Pancho corría despavorido y Beto
peluca lo perseguía pistola en mano, gritando, -su pistola maytro, se le cayó
la pistola.
Un carro patrulla recorría el
lugar, al ver a Beto peluca arma en mano persiguiendo a pancho, corrieron tras él, lo
derribaron, esposaron y lo dejaron en la acera como garrobo en venta.
Al interrogar a las
personas que se aglomeraron, estas les contestaron,- hay dos muertos en aquel
bus, y este maytro salió pistola en mano persiguiendo a otro, que
logro escapar.
Pancho, llegó jadeando y con el
corazón en la mano a la oficina, tomo agua como camello que lleva 3 meses en el
desierto, su jefe al verlo sudado y asustado le pregunto. -¿qué te sucede, todo
bien?.
- Le voy a contar, pero no me va a creer...
Edgardo Reyes.
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS Si desea compartirlo en su blog o página puede hacerlo siempre que de el crédito al escritor y al blog cuentosleyendasmitos.blogspot.com
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